Un refugio familiar entre el campo y el mar
A pocos kilómetros de la costa y de un pintoresco pueblo mallorquín, esta villa irradia calma y autenticidad. Concebida para quienes buscan combinar el confort contemporáneo con la serenidad del entorno rural, la propiedad ofrece el escenario perfecto para disfrutar de unas vacaciones familiares inolvidables.
Arquitectura y estilo mediterráneo
Con una elegante fachada de piedra vista que transmite carácter y tradición, la villa destaca por su encanto natural y su excelente conservación. Cada detalle ha sido pensado para ofrecer una experiencia hogareña y acogedora, tanto en el interior como en el exterior.
Espacios exteriores para disfrutar y relajarse
El corazón de la vida al aire libre es una espectacular piscina de 11 x 5 metros, rodeada de cómodas tumbonas y acompañada por una ducha exterior.
Porche cubierto con comedor de verano, zona de sofás y barbacoa, ideal para largas veladas bajo las estrellas.
Jardín maduro y exuberante, perfecto para pasear o desconectar en plena naturaleza.
Área infantil con columpios, tobogán y mesa de ping-pong, pensada para el disfrute de los más pequeños.
Distribución interior y confort
El interior de la villa combina la calidez mediterránea con un estilo atemporal.
Salón-comedor de concepto semiabierto, conectado con la cocina y bañado en luz natural.
Suelos cerámicos en blanco y negro, que aportan un elegante contraste al ambiente luminoso y cuidado.
Cuatro dormitorios dobles con aire acondicionado y dos baños familiares, ofreciendo espacio y comodidad para todos.
Privacidad, entorno y vistas
Totalmente vallada y con espacio de aparcamiento, la villa garantiza privacidad y seguridad. Desde cada rincón se disfrutan vistas despejadas a las majestuosas montañas, un paisaje que envuelve la propiedad en una atmósfera de paz y desconexión.
Una propiedad ideal para quienes desean vivir o vacacionar en plena naturaleza sin renunciar al confort, el estilo y la proximidad al mar.


